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Sébastien CHAUVIN

Riesgos naturales y cambio climático : el papel de los bosques ante las inundaciones torrenciales


Los días 21 y 22 de septiembre se celebró el seminario sobre fenómenos torrenciales del proyecto Montclima, "Clima y riesgos naturales en zonas de montaña". Financiado por el programa INTERREG SUDOE, desarrollará un marco estratégico transnacional para la prevención y gestión de los riesgos naturales en las montañas del suroeste de Europa y se estan implmentando numerosas actuaciones de campo en los territorios. En este contexto, FORESPIR particiupó en particular en acciones relacionadas con el papel de los bosques en la prevención de las inundaciones torrenciales, cuya frecuencia e intensidad podría aumentar por efecto del cambio climático.

Riesgos naturales: el caso de las crecidas torrenciales

Una crecida fluvial es un aumento del nivel de un río o arroyo que puede provocar inundaciones. El carácter torrencial hace referencia a la propia definición de torrente, que es un curso de agua de montaña rápido e irregular que se caracteriza por las crecidas repentinas y violentas. La principal característica de los flujos torrenciales es la gran cantidad de sedimentos transportados (e incluso otros materiales como madera a la deriva, etc.) durante los períodos de crecida.Esta característica es la que las distingue de las crecidas de los ríos de las zonas bajas. Esta considerable capacidad de transporte de sólidos genera importantes fenómenos de erosión, que consiste en el arrastre de partículas aguas abajo por la acción de agentes climáticos, como el viento y sobre todo las precipitaciones. Cuando este evento se une a una inundación torrencial, el riesgo de lava torrencial aumenta. El agua cargada de sustrato erosionado se pone entonces en movimiento y destruye la mayor parte de las infraestructuras y terrenos a su paso.


Varios factores desencadenantes pueden influir en la intensidad de las inundaciones: la magnitud de las precipitaciones, el grado de pendiente que aumenta la capacidad de erosión de la corriente, la naturaleza de los sustratos así como la ineficacia de la vegetación para retener el suelo.


¿Aumentarán estos fenómenos como consecuencia del cambio climático?

En los últimos meses, el suroeste de Europa, y más particularmente los Pirineos, han sufrido importantes episodios de inundaciones torrenciales. En septiembre de 2021, el este de España experimentó fuertes lluvias, lo que puso a la Comunidad de Madrid y a Navarra en alerta por estos fenómenos naturales, mientras que la región de Barcelona se vio afectada por una gran crecida torrencial, que provocó violentas inundaciones en la costa catalana. En enero de 2022, cinco departamentos franceses fueron puestos en alerta roja por inundaciones o desbordamientos debido a las fuertes lluvias que se esperan en los Pirineos Atlánticos, Altos Pirineos, Alto Garona, Ariège y Las Landas.


Aunque estos fenómenos siempre han existido en los Pirineos, y en general en las zonas montañosas, se ha producido un aumento de la frecuencia de las inundaciones "extremas" en los últimos treinta años, lo que sugiere posibles impactos del cambio climático en nuestros territorios. De hecho, las precipitaciones intensas y la disponibilidad de materiales son los principales componentes del fenómeno susceptibles de verse afectados por los efectos del cambio climático, en la medida en que las principales situaciones capaces de desencadenar fenómenos torrenciales son:

  1. Tormentas de primavera y principios de verano con eventos localizados y de duración relativamente corta.

  2. Lluvias intensas (no necesariamente tormentosas) durante el periodo de deshielo.

  3. Episodios otoñales (finales de agosto, septiembre, octubre) que caen en suelos secos pero con duraciones más intensas y en zonas geográficas más amplias.

Todos estos fenómenos están potencialmente influenciados por las modificaciones del clima, ya sea por los cambios en la estacionalidad y la frecuencia de las precipitaciones intensas, los cambios en los ciclos de congelación y descongelación o los cambios en la disponibilidad de materiales movilizables. Sin embargo, el impacto real del cambio climático en la frecuencia e intensidad de los fenómenos torrenciales aún está por determinar, sobre todo en los Pirineos, y algunos estudios concluyen que se ha producido una disminución general.


El papel de los bosques

Sin embargo, se reconoce que las crecidas torrenciales más devastadoras se deben a lluvias muy intensas para las que el papel de la vegetación en la zona aguas arriba de la cuenca hidrográfica es insignificante, lo que subraya el importante papel que desempeñan los bosques en la prevención de estos riesgos


En efecto, los bosques actúan en primer lugar sobre el ciclo del agua, interceptando parte de la lluvia, retrasando el deshielo, aumentando la infiltración del agua en el suelo o bombeando parte del agua del suelo, que se devuelve a la atmósfera por evapotranspiración. Así, estos elementos reducen la escorrentía superficial y contribuyen a la reducción de la frecuencia e intensidad de las crecidas torrenciales.


La vegetación también desempeña un papel en la estabilidad del suelo, ya que frena la escorrentía de las lluvias, mitiga las diferencias diarias de temperatura, mejora la fijación del suelo y refuerza sus propiedades mecánicas, y retiene los sedimentos erosionados más arriba. Por lo tanto, estas funciones limitan el impacto de las gotas de lluvia en la erosión del suelo, reducen la degradación de las rocas y disminuyen la cantidad de sedimentos debajo de la cuenca.


Así, varios factores podrían permitir el control de la erosión y de las inundaciones, como el mantenimiento de una cubierta vegetal superior al 70% de la cuenca, la presencia de varios estratos de vegetación de especies diversificadas, la proximidad de la cubierta vegetal al curso de agua, así como una cubierta superior al 30% del barranco y situada en su lecho.



Estos elementos muestran claramente el importante papel de los bosques en la prevención de los riesgos naturales, especialmente en el contexto del cambio climático. A la espera del seminario de septiembre y sus resultados, ya puede consultar un primer estudio realizado por FORESPIR y sus socios sobre los riesgos naturales en la montaña: Los fenómenos naturales y el bosque pirenaico, resumen y glosario.


El proyecto MONTCLIMA está cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) en el marco del programa Interreg SUDOE






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